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domingo, 8 de junio de 2008

Dos nuevas primeras...

Casi primera a la aguja "El Champignon"

En realidad debería decir “casi” dos nuevas primeras. La historia comienza así, llegamos de noche a Mendoza y dormimos a la vera de un río, estaba muy oscuro y hacía un frío de los mil demonios, pero sabíamos que del otro lado del río estaban nuestros proyects, uno de ellos y el que intentaríamos el día siguiente, bautizado por Lucas como el Champignon, pues presenta en su parte superior una especie de cabeza de hongo, había sido reconocido en un viaje anterior y se trata de una aguja de unos 150 metros de desnivel.
Eran las 15.30hs, un poco tarde, por eso buscábamos una escalada corta para ese día. Comenzamos por una cara muy estética, tipo placa con muchas fisuras, el granito era de excelente calidad y disfrutamos mucho de unos primeros largos fáciles, si bien de pequeñas fisuras, la pared tenía una inclinación positiva que facilitaba la escalada.
Éramos tres, y Lucas arrancó el primer largo, mientras Maxi lo aseguraba a la sombra pisando un poco la nieve acumulada de unos días atrás (mayo de 2008), yo aproveché para buscar un lugarcito al sol y sacar fotos.
Más tarde arranqué de segundo y Maxi venía de tercero, aprovechando mientras el último alcanzaba el relevo, comencé a colocar un clavo que luego nos serviría como rappel, de esa manera ganábamos tiempo de bajada, el clavo entró más o menos bien pero una imperfección de la piedra tocaba con el ojal y no permitía que el “knifeblade” (clavo de hoja plana), entrara por completo, decidí quitarlo y colocarlo en el mismo lugar pero con el ojo invertido (mirando hacia arriba), ya que de esa manera se garantizaba un perfecto emplazamiento.
Luego salí sorteado para el segundo largo, ja, con las ganas que le tenía…, la salida un poquito técnica, una plaquita delicada de 5+, asegurada con un camalot #0.1, pero después unas lindas fisuras y enseguida se me acabó la cuerda, un relevo sólido en un diedrito y a seguir para arriba.
Llevábamos unos 90 metros escalados. Esta vez salió Maxi en el tercer tirón, y escaló un tramo cortito de unos 35 metros, ya que encontró una repisa muy cómoda y no dudó en armar relevo, este largo tenía un pequeño pilar rectangular de granito, al cual le echamos bien el ojo, ya que luego lo utilizaríamos para enlazar un cordin y armar un rappel.
Ya quedaba poco, pero era medio tarde, serían como las 17 y para esa época el sol se oculta rápido, estimábamos un larguito más y pisar la cumbre, como veníamos alternando comenzó nuevamente la ronda y esta vez le tocaba el mate a Lucas, acá venía lo interesante, pues habíamos observado que al menos por la cara que estábamos intentando, la cumbre se alcanzaba luego de enroscarse con un hermoso offwidth, es decir una de esas fisuras que son tan anchas como el tamaño del cuerpo colocado de costado, de manera que se escala literalmente empotrando el cuerpo y realizando movimientos de contorsionismo para ascender, el problema mayor no sería tanto por un lado la dificultad que entraña progresar en una fisura de este tipo, sino más bien la imposibilidad de asegurarla, ya que se necesitan empotradotes muy específicos. Dado que estábamos preparados para la ocasión sacamos de la mochila el Camalot #5 (lo pongo con mayúscula) y se nos escapó una sonrisita como a los malevos de las películas cuando sacan su gran ametralladora.
En fin, Lucas desapareció en instantes y por la posición en que estábamos no lo veíamos desde el relevo, en un momento se detuvo y la cuerda se aflojó, esta retrocediendo un poco, pensamos, pero enseguida se volvió a tensar y unos instantes después se aflojó nuevamente, no estaba muy lejos, entonces le preguntamos que acontecía, a lo que respondió, “no se me ocurre”, nos miramos con Maxi y no entendíamos nada, bueno que se yo pensamos, el sabrá. Lo interesante fue que en los próximos cinco minutos repitió tres veces más “no se me ocurre”, la intriga ya nos comía, y obvio le preguntamos que era lo que no se le ocurría. A lo que respondió “armo el relevo, vengan y ya van a ver”.
La noche se venía encima, rápidamente atravesamos unos pasitos delicados, pero bien protegidos y llegamos al pie de la cuestión, nuestro tan querido offwidth, serían unos 10 metros para llegar a la cumbre, no más, un corte-fisura muy interesante de unos 20cm sin agarres externos pero por suerte con algo de pendiente positiva, aunque de poco sirva.
A tres metros estaba clavado el #5, Lucas llegó hasta ahí pero después bajó porque no encontraba la forma de seguir subiendo, para ser franco yo no había pasado anteriormente por la experiencia de escalar este tipo de fisura, pero si había escuchado muchísimas veces conversaciones donde parecerían ser el terror de los escaladores y como muchas cosas uno no lo entiende hasta que no lo vive.
Me tocaba probarlo, y arranqué por la fisura que inicialmente era de pierna entera, es decir entraba la pierna entera y había que arrastrarse de alguna manera, luego comencé a meter el cuerpo entero de perfil y alcancé el camalot, lo complicado es que hay que hacer fuerza todo el tiempo, porque sino uno se cae (parece tonta la aclaración, pero recordar que cuando uno pisa una toma, no hace fuerza, solo se mantiene parado), pero la pregunta es como hacer fuerza y con qué, ya que el ángulo en que se pueden doblar las piernas y brazos es muy acotado, teniendo siempre en cuenta que no hay agarres y se esta dentro de una pared de caras paralelas.
El otro tema es el aseguramiento, por suerte contábamos con un camalot grande, también teníamos un #4 que estaba colocado más abajo, pero luego, ¿cómo seguir más arriba?, la opción suele ser arrastrar el empotrador por la pared a medida que se va progresando y de esa manera se cuenta con un seguro cercano siempre y en este caso muy sólido. Realicé esa maniobra pocos metros pues el offwidth se ensancho un poco más y el camalot quedaba pequeño, la cumbre estaba cerca, tan solo cinco metros tal vez, pero por más que quería, yo tampoco encontraba la manera de moverme en esa extraña morfología, la noche nos corría y llevaba ya un rato, bueno ahora si la tenemos completa, ¿cómo carajo me bajo de acá?, busqué y busqué una fisurita para meter un clavito, hasta que encontré algo muy pequeño para meter un RURP (Clavo de hoja muy fina y corta solo para progresión en artificial), pero pensaba por adentro, “ni en pedo me bajo de acá”, bueno la alternativa fue arrastrar el camalot #5 para abajo e ir destrepando. Luego una travesía hacia un bloque en un costado, un cordin largo alrededor y listo el primer rappel, para ese entonces ya era de noche y sacábamos de la mochi las frontales, desde el bloque donde estábamos veíamos otra cara que parecía posible de escalar para llegar a la cumbre, pero dada la hora no queríamos arriesgar y bajar estaba bien, serían las 19hs. Arranqué el primer rappel y venia buscando el “gendarme” (saliente de roca), que habíamos visto a la ida, pues parecía muy conveniente por su forma, siendo un pilar de 1m de alto de sección rectangular y unos 40cm de lado, parecía puesto a propósito, fui a dar justo sobre el, en línea recta, comprobé que estaba bien sólido y agarrado, dado que era un cuerpo entero y no un bloque apoyado, luego me autoseguré y empecé a pasar un cordin para dejar preparado el próximo rappel, desde allí nos quedaba la duda si llegaríamos al primer largo donde ya estaba preparado al menos un clavo en el relevo, bajó Lucas y las cuerdas de 50m llegaron justito, en realidad quedaron un poco cortas, pero como por acción del peso y el factor de elongación, llegamos justito al relevo. Junto al clavo adicionamos un stopper viejo y de esa manera abandonamos el último rappel, para tocar en unos instantes más el suelo firme nuevamente.
Dejamos todo el equipo a pie de vía pues al día siguiente pensábamos escalar una aguja en los alrededores y retornamos al campamento que estaba bien abajo, a una hora de pateada rápida.La ruta esta casi terminada, le pusimos “Quédate aquí” (historia para otro capítulo), dividida en 4 largos, distancia total 150 metros, dificultad máxima 5+ sin contar el offwidth, 3 rappeles de 50 metros por la misma cara.

Vista de la pared desde pie de vía

Lucas comenzando el primer largo

Primer relevo. Dejamos luego un clavo y un stopper.

Linda pared, un quintito disfrutable y de gran calidad.

Los chicos en el primer relevo.

Segundo relevo.

Arrancando el tercer larguito.

Mmm, metale nomás.

Cuarto largo

Maxi asegurando

Esta laja si que cortaba.

Estudiando el offwidth.

Dibujando el topo.


Primera ascensión, Aguja "La Napia"

Aguja "La Napia"

Llegando a pie de via

Diedros del primer largo

Segundo largo, sigue el diedro.

Mas diedro en el cuarto largo

Che Maxi?... si?

Empezando el cuarto largo

Me conseguí una buena proa, alargué 10mts el autoseguro con un ballestrinque y saqué las fotos.

Vamos, que salimos.

Última fisura y ya estamos.

Ahora si... Cumbre!!!

Preciosa vista de la cumbre.

1 comentario:

Patagonia Rebelde dijo...

Excelente laburo Diego, felicitaciones para vos y el equipo; como siempre una experiencia envidiable que espero pronto realizar. Un gran abrazo.
Rodrigo MDP